Parto de mi ignorancia que es al fin al cabo la que me permite seguir avanzando curioso por ver y aprender más… Y me cuestiono sobre todos aquellos que sublimamos, de una u otra forma, en uno u otro grado. ¿Por qué elegimos estudiar, pintar, diseñar, bailar, ver múseos o asistir a alguna representación teatral,…?.
Decía Freud que existen 4 destinos pulsionales (Metapsicología, 1915): El trastorno hacia lo contrario; La vuelta hacia la persona propia; La represión y La sublimación. La sublimación, como antes se ha mencionado, se asociaría al arte, a la estética, al estudio, al distanciamiento, en resumen a la renuncia-desplazamiento de los fines pulsionales, cubriéndola con un velo de belleza.
Tras el velo de la belleza que recubre la inaccesibilidad del objeto (afirmará posteriormente Lacán) se demuestra radicalmente que el objeto de la pulsión está siempre perdido, que el trayecto pulsional implica satisfacción en su fracaso mismo; «[…]no hay posibilidad de cantar a la Dama, en su posición poéica, sin el presupuesto de una barrera que la rodea y la aisla […]» (Seminario 7: La ética en el psicoanálisis, Lacán).
Supongo pues que tendrán buena razón tales investigadores… en mi cabeza, miro la imagen de arriba, y se confunden las preguntas. Hay un sinsabor pero con cierto regusto agradable… miras el trabajo final y te preguntas si está acabado o quizá no, seguramente es muy mejorable pero sabes que hoy y mañana no lo podrás hacer mejor, te preguntas si hubiera habido otro camino para resolverlo y sabes que sí lo hay pero es ese el que elegiste,… sonríes,… ahora te acuerdas de más o menos las mismas preguntas que hacía en voz alta la bailarina,… quizá si pongo la mano de tal forma pudiera transmitir mejor, seguro que si ensayo más lo mejoraré,… sonríes,… sí, sin duda alguna, no carece de belleza nuestro fracaso constante en la eterna búsqueda de ese objeto, sea ese el que sea,…
Naturalmente si deseas conocer cuál fue mi camino puedes seguir leyendo…
Compáscreativo 